sábado, 7 de agosto de 2010

El Laberinto

—Hola Sam—me saludo. Di un pequeño brinco de susto, que arranco unas carcajadas suyas—vámonos!

Tome mi bicicleta y el la suya

—Una carrera! —me reto

—Pero no se por donde es! —le reproche

—Pues entonces tendrás que seguirme! —me grito, a lo lejos. Sin haberme dado cuenta, había arrancado antes que yo

—Espérame! —grite, esperando que me oyera

—Mira nada mas a quien tenemos aquí—escuche que decía una voz familiar, una voz que aborrecía con el alma. Era la voz del chico que me había besado

—Largo! —le dije, con voz venenosa

—Desde cuando tu das las ordenes aquí? —hizo un gesto a sus amigotes y cuando quise ver, me tenían rodeada, listos para atraparme

—GABE!! —grite a voz en cuello. Ya lo tenía al lado antes de gritar, pues había sentido mi desesperación

—Déjala—le dijo Gabe al matón

—O si no que? —lo reto

No tuvo tiempo de actuar. El puño de Gabe aterrizo en su cara, dejándolo noqueado. El resto de sus amigotes matones miro con cara rara a Gabe y salieron corriendo

Me abrazo cuando nos quedamos solos

—Estas bien? No te hicieron nada?

—No, estoy bien. Menos mal que llegaste

Me sonrió, y le sonreí. Debíamos parecer dos idiotas y no me importo. Me sentía feliz entre sus brazos

—Vamos pues—me dijo. Luego me soltó y tomo su bicicleta

—Lo de la carrera sigue en pie?

—Claro que sí! — me dijo, ya en la distancia

Arranque, pedaleando lo más rápido que pude. Lo alcance cuando ya estábamos saliendo del pueblo, y como era una sola vía, pedalee más rápido y lo pase

A lo lejos divise la casa, y me distraje tanto viéndola que Gabe me paso. Escuche su risa, desde la entrada a la casa. Seguí pedaleando y llegue rápido a ella. Cuando por fin me baje de la bicicleta, me abrazo rápidamente y me llevo adentro de la casa, donde no había nadie

—Donde están tu abuelo o el ángel?

—Mi abuelo esta en el pueblo. Balthamos debe estar con el

Así que estábamos solos. Bien. Así no pasaría pena. Nos dirigimos a la cocina, y salimos por la puerta trasera al jardín. Era un jardín hermoso, con miles de flores y arboles. Un jardín de ensueño. En el centro, había un laberinto. Jale su mano hacia la entrada

—Te quieres perder aquí un rato? —le pregunte

—Me parece buena idea—y me siguió

—Que te parece si… —dije, dejando la idea en suspenso, me daba pena decirla

—Hacemos un juego? —dijo completando mi frase—tu me guías, si llegamos a un rincón sin salida, te doy un beso

—Está bien—le dije sonrojándome

Era buena para estas cosas. Así que lo tome de la mano y lo guie dentro del laberinto. Seguí a mi instinto, cerré los ojos y camine sin rumbo aparente. Abrí los ojos y me encontré ante una hermosa fuente, con bancos alrededor. La fuente la conformaban dos hermosos cisnes que juntaban sus cabezas, arqueando sus cuellos y formaban y corazón

Me llevo a uno de los bancos y me sentó en su regazo. Otra vez parecía ser preso de una discusión interna. Pero fuera el lado que estuviera de mi parte, gano otra vez. Acerco su cara a la mía, pude sentir su aliento sobre mi mejilla. Cerré los ojos y acorte la distancia. Nuestros labios se rozaron dulcemente, luego tomo mi rostro entre sus manos y me beso ávidamente. Nuestros labios se fundieron en uno solo y me pegue a su cuerpo. Enlacé mis brazos tras su cuello, nada sería capaz de separarme de él. Nunca

—Eso no es muy santo que digamos, Gabe—escuche la voz del ángel. Al instante se separo de mí

—Balthamos! —grito— que haces aquí?

El ángel se limito a sonreír. Yo sentí como me iba poniendo roja, con la vista clavada en el suelo. Estaba apenada, muy apenada

—Bien, lo siento. No debí haber interrumpido. Ahora me voy

—Bah ya no importa—le dijo Gabe, visiblemente disgustado. Me tomo de la mano y me ayudo a levantarme del banco—Sabes el camino de regreso? —me pregunto

—Creo que puedo hallarlo

Lo guie dentro del laberinto de nuevo. Esta vez no cerré los ojos, simplemente seguí el rastro de nuestras pisadas en la tierra. Una vez afuera, me tomo las dos manos y me miro

—Siento mucho lo de la fuente. No volverá a ocurrir

—No importa Gabe. De verdad

—Quieres ir a merendar algo? —me pregunto. Me daba pena decir que si, así que solo asentí con la cabeza

Nos dirigimos hacia la casa, donde me dio un trozo de torta. Luego prometió acompañarme a mi casa. Justo cuando ya íbamos a partir, llego su abuelo, con un par de hermosos caballos, cada uno con su montura. Uno era todo negro, con la crin negra, y una pequeña mancha blanca con forma de corazón en la frente. El otro era de un blanco nieve, hermoso en verdad

—Mira lo que traje Gabe—le dijo. Luego me miro a mi—esta es la hija del ángel del pueblo verdad?

—Si abuelo—le contesto

—Y que nombres les pondras?—le volvio a preguntar

—El blanco se llamara Soul. El negro Spirit—dijo, tras pensarlo un poco—Sam, que te parece un paseo en caballo hasta el pueblo?

Se me iluminaron los ojos ante tal oferta. Le respondí con un enérgico si y luego emprendimos la marcha. Me dejo el caballo negro, el que se llamaba Spirit y el monto en el blanco, Soul

Emprendimos la marcha, lentamente, pues no queríamos llegar tan rápido. El me miraba a cada rato, y yo no me concentraba en el camino, sino en Gabe. El hermoso paisaje discurría ante nosotros, como si hubiera sido pintado en el terreno por un pintor

Finalmente llegamos al pueblo. Dirigí mi caballo adelante, pues Gabe no se había aprendido el camino todavía. Al llegar a mi casa, bajamos de los caballos, y me dio un corto beso de despedida. Entre a la casa y me asome por la ventana para ver como Gabe y los caballos se alejaban por el camino

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Uff, creo que es el mas largo que he escrito hasta ahora.......

Me gusto mucho ^^

Comenten please :D

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